Acompañar la vid

Para potenciar la calidad de la uva, cuando en invierno la vid descansa, es el momento de la poda. Para ello, observamos cada vid como un ente único. Evaluamos su crecimiento y hacemos memoria del histórico de la producción y de su estado sanitario. Una vez tenemos las conclusiones, determinamos qué tipo de poda hay que aplicar, para así conseguir la máxima calidad en la producción.

Equilibrar la vegetación y los frutos

En primavera todo renace y es el momento más mágico del año. Las yemas ya se han abierto y empieza a predominar el color verde de los brotes. La poda en verde tiene por objetivo equilibrar la vegetación y los frutos, permite que la vid se concentre en menos producción y pueda alimentar de una manera más eficiente las uvas, y así se mejoran la concentración y calidad del mosto.

Maduración óptima

En verano ya se percibe el trabajo realizado por el agricultor durante todo el año. Cuando la uva tiene el tamaño de un guisante se realiza el deshojado, que consiste en eliminar las hojas que tapan y ocultan la uva para una mejor ventilación y maduración. Una vez realizada esta tarea, la maduración avanza por buen camino, sin freno, y la vendimia está cada día más cerca.